Descripción
Según estudios recientes, el aceite de Krill tiene efectos similares al aceite de pescado en casos de control de grasas, estrés oxidativo e inflamación, incluso en bajas dosis.
Los aceites de Krill incorporan los Omega 3 en forma de fosfolípidos, que es una de las formas más efectivas y seguras de aporte de Omega 3, esta unión facilita el paso de las moléculas de grasa a través de la pared intestinal, lo que hace del aceite de krill una forma altamente biodisponible. El aceite de Krill contiene, de forma natural, fosfatidilcolina.
La fosfatidilcolina contiene colina que es el precursor de la acetilcolina (neurotransmisor) y trimetilglicicna (protector
hepático). La colina es importante para el desarrollo de cerebro, para el aprendizaje y la memoria. La colina tiene un papel fundamental en el desarrollo del cerebro de fetos y niños. El Krill contiene astaxantina, un potente antioxidante de la familia de los carotenoides. La astaxantina protege a las células,
órganos y tejidos celulares del daño oxidativo. Uno de los motivos por los que la astaxantina es tan efectiva en el daño producido por la radiación, es porque es sintetizada por una micro alga Haematoccous pluvialis cuando el aporte de agua es escaso, forzando al alga a protegerse de la radiación ultravioleta.
El Krill se alimenta de la microalga, y la astaxantina se concentra en su aceite. El Omega 3 es frágil y necesita protección, la astaxantina actúa como un potente conservante natural, convirtiendo el krill es un producto estable y resistente a la oxidación (previniendo que el DHA y EPA se enrancien).
